A través de la acción colectiva la calle vuelve a ser el escenario para hacernos oír.
Buscamos reconfigurarla, transformar un lugar de tránsito en espacio donde marcar ausencias y presencias. Pensamos la calle como emplazamiento del reclamo donde irrumpen tambores y murgas, aerosoles y pinturas.
El escrache es nuestra forma de arrancarles el manto de impunidad a los asesinos con cara de inocentes vecinos, de gerontes apacibles. Para esas bestias no hay olvido, no hay perdón. Para esas bestias habrá escrache hasta que haya justicia.
Las gigantografías expuestas fueron realizadas para el escrache al Comisario Baume el 12 de diciembre de 2002 en La Plata. Entre la gente y las banderas partieron desde Plaza San Martín hasta 4 entre 55 y 56, para recordarle a Baume que su responsabilidad en la desaparición de Héctor Germán Oesterheld no fue olvidada y sigue siendo condenada socialmente, tanto como para hacer que el país entero sea su cárcel.
La intervención urbana resignifica la calle como espacio para la acción artística y también política. Los siluetazos, carteles, stencils, grafittis, señalamientos modifican el recorrido cotidiano dándole visualidad a lo que pasaba desapercibido.
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